EL PAIS
El universo Google comienza a ser asfixiante. Su éxito provoca la misma sensación de admiración y resquemor que en su día causó Microsoft y su sistema operativo Windows. Para la empresa californiana, 2008 es un año especial. En septiembre próximo se celebrará el décimo aniversario de su fundación por los entonces casi imberbes Larry Pages y Sergey Brin. La historia de su noviazgo profesional, que desembocó en el nacimiento de Google Inc., se ha contado tantas veces que es preferible obviarla. La única originalidad de la misma es que, en lugar del garaje donde nacieron tantas punto.com (comenzado por Microsoft), Google se alumbró en un dormitorio, como mandan los cánones de los partos, aunque sus fundadores no tardaron en mudarse al dichoso garaje.


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